miércoles, 21 de diciembre de 2011

como detectar el problema a tiempo

Adicciones sin drogas (I)

El fenómeno de las adicciones es más amplio que la dependencia del alcohol o de otras drogas. La capacidad adictiva del ser humano va más allá de las drogodependencias, abarcando una amplia gama de conductas y de “objetos adictivos”, si bien es cierto que la adicción al alcohol y a otras drogas han sido y continúan siendo la principal preocupación en este campo y a la que más esfuerzos se le han dedicado en las últimas décadas.
En los últimos años, el concepto de adicción, entendido como un fenómeno amplio que abarca una multiplicidad de conductas, se ha ido extendiendo en Europa y en el mundo, proporcionando algunas ventajas para la comprensión de esta compleja realidad. A pesar de que esta visión amplia del fenómeno ha tenido y continúa teniendo sus detractores, cada vez se cuestiona menos la necesidad de englobar en un término (“adicción”), realidades tan diversas como el tabaquismo, el alcoholismo y otras toxicomanías, la ludopatía, algunos tipos de trastornos alimentarios, las compras o las conductas sexuales compulsivas, las relaciones sociales alienantes o las distintas formas de dependencia de Internet y nuevas tecnologías, entre otras.
Las adicciones sin drogas, conocidas también por otros nombres como adicciones no químicas, adicciones sociales, de conducta, socioadicciones, adicciones psicológicas, etc, ocupan un espacio cada vez mayor, tanto en el interés de los técnicos y expertos en adicciones, como en el discurso social y de los medios de comunicación. Debido a que estamos hablando de un campo muy amplio y complejo, cuyos límites no están del todo claros, y debido también a que se trata de un fenómeno aún poco conocido en cuanto a su extensión y su gravedad, no resulta fácil su definición en la actualidad. No obstante, y dado que cada vez mas personas y familias se preguntan acerca de este tema, así como acerca de los modos en que pueden actuar de cara a su prevención, es posible apuntar algunas consideraciones, que faciliten su comprensión, así como las forma adecuadas de afrontarlo y de buscar posibles soluciones.
¿Qué es una conducta adictiva?
Los términos “adictivo” o “adictiva” son hoy día muy utilizados en el lenguaje común, sin que en muchos casos reflejen su verdadero significado. Así, decimos por ejemplo que somos adictos al cine, al fútbol, a los helados, a la ópera… etc., para expresar que nos gusta o que disfrutamos mucho realizando dichas actividades o tomando determinados alimentos. Sin embargo, para que una conducta pueda ser considerada adictiva, deben darse otras circunstancias que hora veremos. Es verdad que muchas conductas y muchos objetos de deseo o de satisfacción pueden convertirse en adictivos, pero para que eso suceda tienen que intervenir múltiples factores y, desde luego, va a depender del uso que hagamos de ellas, del modo en que las vamos a utilizar.
Podemos decir que una conducta o actividad se convierte en adictiva cuando la persona pierde el control sobre la misma, cuando deja de poder decidir libremente acerca del uso que hace de la actividad de que se trate, cuando es la propia conducta o el propio “objeto de deseo” el que toma el control sobre la persona, privando a ésta de la capacidad de decidir acerca, por ejemplo, del tiempo que le dedica, del dinero que se gasta en ello o de la cantidad de otras posibles cosas que abandona para poder dedicar más tiempo y atención a la conducta adictiva.
Podríamos, por lo tanto, hablar de adicción a partir del momento en que una conducta se manifiesta de un modo preponderante en la vida de una persona, impidiendo a ésta decidir libremente y convirtiéndose en el eje central de su vida, en aquello que confiere incluso una identidad a esa persona. Así, una persona adicta, por ejemplo a los juegos de azar, puede percibirse como un ludópata o una ludópata antes que como un padre o una madre de familia, confiriéndole el hecho de jugar de forma patológica una identidad “prestada”, que contribuye a mantener el hábito.
Generalmente, cuando se establece un problema de adicción, el trastorno puede prolongarse en el tiempo, provocando cambios en las personas que lo padecen, cambios emocionales, cambios en los hábitos y en las rutinas de la vida diaria, cambios físicos, etc., que persisten mientras se mantiene la conducta adictiva.
¿Cómo podemos detectar un problema de adicción?
Las características de este tipo de trastornos hacen que muchas veces la persona afectada no sea consciente de que tiene un problema, sobre todo si la conducta objeto de adicción es una conducta aceptada o, incluso, muy valorada socialmente. Es el caso, por ejemplo, de personas adictas al trabajo, al deporte o a otras actividades, que gozan de un prestigio social. Dedicar tiempo y esfuerzo a este tipo de actividades es, por lo general, algo muy positivo para la gran mayoría de las personas y suele indicar un alto nivel de autocontrol y de estabilidad y equilibrio emocionales.
Ahora bien, cuando alguien convierte en el eje principal de su vida una determinada conducta, ya sea consumir una sustancia, estar con una persona o realizar una determinada actividad, cuando ninguna otra cosa le interesa, cuando pasa todo el tiempo posible dedicado a esa actividad a expensas de las demás facetas importantes de su vida, entonces estamos ya ante un problema de adicción.
Generalmente, son la familia, los amigos o el entorno social cercano los que van a detectar cuando comienza a existir un riesgo o un problema de adicción, al detectar determinados cambios en el estilo de vida de la persona afectada por este problema.
Como elementos orientativos para poder detectar y discriminar entre un uso más o menos racional o normalizado y una adicción podemos tener en cuenta los siguientes:
  • La persona adicta siente un deseo irrefrenable de realizar la conducta objeto de adicción (consumir un producto, conectarse a la red, entrar en contacto con… etc)
  • Una vez iniciada la conducta de que se trate, se produce una sensación de pérdida de control para autolimitarse, para dedicarle un tiempo limitado y previsto de antemano (no puede dejar de hacer lo que está haciendo, a pesar de haberse propuesto inicialmente una limitación)
  • A medida que va pasando el tiempo, suelen aparecer en la vida del adicto consecuencias negativas relacionadas con su adicción (problemas familiares, económicos, laborales, sociales.. etc.), a pesar de los cuales no es capaz de detener la actividad, aunque desee hacerlo.
  • Se produce una progresiva expansión de la conducta adictiva, que pasa a ocupar el lugar más importante de la vida de la persona, desplazando otros intereses y otras actividades, hasta el punto de llegar a descuidar aspectos tan importantes como las obligaciones familiares o laborales e, incluso, los hábitos básicos de cuidado personal, como la alimentación o el sueño. Se trata de una invasión el hábito en todas las facetas de la vida empobreciendo ésta hasta extremos de riesgo para la salud física y psíquica.
  • Este proceso suele ir aparejado, al menos en sus primeras fases, a lo que se denomina “negación del problema”, es decir que el adicto tiene dificultades para reconocer que algo va mal, a pesar de los cambios ocurridos en su vida y a pesar de lo que perciben y le transmiten las personas de su entorno cercano. Al igual que la persona dependiente del alcohol o de otras drogas niega la dependencia de las mismas diciendo “puedo dejarlo cuando quiera”, la persona que presenta una o más conductas adictivas, niega su falta de libertad ante las mismas y se autoengaña, pensando que todo está bajo control.
  • Poco a poco, y a medida que la adicción va ganando terreno en la vida del adicto, se van produciendo otros cambios y circunstancias. La conducta adictiva es al principio una fuente de placer para la persona que la ejercita; sin embargo, con el transcurrir del tiempo se produce un displacer, una sensación de malestar, desasosiego o sufrimiento que solo cede con un nuevo episodio de conducta adictiva (por ejemplo, volviendo a jugar en el caso de un ludópata). De esta forma, el alivio del malestar o del sufrimiento va sustituyendo poco a poco al placer inicial. Podríamos hablar, por lo tanto, de un síndrome de abstinencia que se manifiesta de muchas formas en función del tipo de conducta adictiva y de la intensidad de la adicción.
  • Otro de los cambios y nuevas situaciones que se van produciendo es el hecho de que la persona adicta necesite dedicar un tiempo cada vez mayor a su adicción o de aumentar la intensidad o la frecuencia de la conducta para obtener el efecto deseado, o bien se produce una disminución del efecto placentero de la conducta mantenida con la misma intensidad. Esto es lo que se denomina el efecto de tolerancia
Desarrollo del proceso adictivo
Sea cual sea el problema adictivo de que se trate, la conducta es al principio un deseo de experimentar y de disfrutar de una determinada forma, produciéndose un uso más o menos ocasional de la misma. Por lo general, las personas hacemos un uso de toda una multiplicidad de conductas que nos producen satisfacción, sin que por ello lleguen a constituir nunca un problema de abuso o de dependencia. Sin embargo, cuando concurren una serie de circunstancias o de factores de riesgo, ya sean éstos de tipo individual, familiar, laboral o social, la conducta inicial pasa a ocupar un lugar de mayor peso en la vida de la persona, especialmente cuando proporciona al individuo una forma de escape o de pseudo-solución a problemas personales o sociales de diversa índole. La conducta adictiva puede constituir una huida hacia adelante, una forma de evadir los problemas, más que de afrontarlos. A medida que esto sucede comienza a funcionar un círculo vicioso, en el que los problemas relegados o “tapados” por la conducta adictiva van presentándose con mayor fuerza a un individuo, que cuenta cada vez con menor capacidad para afrontarlos.
En este proceso de constitución de una adicción, podemos diferenciar varias etapas:
Etapa inicial: Se establece un hábito de conducta, en el que se producen episodios de descontrol (por ejemplo la persona dedica mucho más tiempo o medios a dicha conducta de lo que inicialmente se había plateado). Paralelamente, el deseo de realizar dicha conducta ocupa cada vez más el pensamiento y la persona busca la forma de dedicarle más y más tiempo. Como consecuencia de todo ello, se producen cambios importantes en el estilo de vida, que son percibidos por las personas del entorno, ya que se van desvinculando progresivamente de las actividades que anteriormente realizaban o de las personas y relaciones que mantenían (salvo de aquellas con las que participe en la conducta objeto de adicción). Comienzan a aparecer algunos cambios psíquicos como nerviosismo, irritabilidad, cambios de humor, que son percibidos como extraños por el entorno cercano.
Etapa intermedia: Se produce una pérdida de control del sujeto sobre la conducta adictiva, lo que lleva aparejado un aislamiento creciente de su entorno habitual. A pesar de esto, en muchos casos se produce una negación del problema por parte de quien lo sufre, no reconociendo situaciones que evidencian de modo claro que el problema existe. Una de las “salidas” ante esta situación es el aislamiento; el adicto toma una distancia cada vez mayor de las personas de su entorno habitual, con las que, por otra parte, comparte cada vez menos intereses, tratando así de evitar enfrentarse con lo evidente de su conducta problemática. En esta fase suelen aparecer los problemas en otros ámbitos, como el escolar o el laboral, ya que la conducta adictiva impide el adecuado rendimiento en el puesto de trabajo o en el centro académico y suelen producirse ausencias e incumplimientos importantes. En ocasiones, estos problemas son los que dan la voz de alarma y permiten al sujeto o a la familia tomar conciencia clara de la situación de riesgo en la que se encuentran y comenzar a poner soluciones, evitando así que la adicción continúe avanzando.
Etapa avanzada: Cuando no se pone límite a la conducta adictiva a partir de la etapa anterior, la dedicación a la misma se hace intensiva, a veces hasta extremos que ponen en grave riesgo la salud del individuo, ya que el hábito va invadiendo más y más los espacios personales, robando el tiempo más indispensable para las necesidades básicas como comer, asearse, dormir o descansar. Toda otra actividad o necesidad, incluso las fisiológicas básicas, quedan supeditadas a la actividad objeto de adicción, produciéndose abandonos importantes en otras áreas. En esta situación, la capacidad de razonar y cuestionar el objeto de la dependencia por parte del adicto no siempre es posible, a pesar de que en muchos casos intentan sin éxito abandonar la adicción. En esta etapa, muy dolorosa para el adicto, suelen aparecer problemas económicos y de relación graves, motivados por el abandono de sus responsabilidades (educativas, familiares, laborales) y por el intento de ocultar su problema, mintiendo sobre el mismo a las personas más cercanas. La pérdida de autoestima y el sentimiento de culpa suelen acompañar al adicto, constituyendo un nuevo escollo para abandonar la conducta adictiva, que es vivida como el único refugio posible frente a un intenso sufrimiento psíquico. Este “tocar fondo”, como suele describirse a esta etapa, puede suponer el inicio de la salida del problema, en la medida en que, al destruir toda la negación mantenida hasta este momento, permite a la persona reconocerlo en toda su magnitud y pedir o aceptar ayuda.
Tanto para prevenir las adicciones de conducta como para buscar soluciones cuando ya está presentes, es fundamental disponer de una buena información y un asesoramiento adecuado. Desde el Instituto de Adicciones de Madrid Salud se brinda a las familias y a los afectados la información y el asesoramiento que precisen.

martes, 13 de diciembre de 2011

LAS DROGAS Y EL CEREBRO

¿Cómo actúan las drogas sobre el cerebro? Las drogas son sustancias químicas. Actúan sobre el cerebro penetrando el sistema de comunicación del cerebro e interfiriendo con la manera que las células nerviosas normalmente envían, reciben y procesan la información. Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, pueden activar a las neuronas porque su estructura química imita aquella de un neurotransmisor natural. Esta similitud en la estructura “engaña” a los receptores y permite que las drogas se adhieran y activen a las células nerviosas. Aunque estas drogas imitan a las sustancias químicas del cerebro, no activan las células nerviosas de la misma manera que los neurotransmisores naturales y hacen que se transmitan mensajes anormales a través de la red.

Otras drogas, como la anfetamina o cocaína, pueden hacer que las células nerviosas liberen cantidades inusualmente grandes de neurotransmisores naturales o pueden prevenir el reciclaje normal de estas sustancias químicas cerebrales, haciendo que la señal se vea sumamente amplificada, lo que eventualmente trastorna los canales de comunicación. La diferencia se puede describir como la diferencia entre alguien que te susurra algo en el oído y alguien que grita en un micrófono.

¿Cómo funcionan las drogas dentro del cerebro para producir placer?
Todas las drogas de abuso, directa o indirectamente, atacan el sistema de gratificación del cerebro inundando el circuito con dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en regiones del cerebro que regulan el movimiento, las emociones, la cognición, la motivación y los sentimientos de placer. La sobre estimulación de este sistema, que recompensa nuestros comportamientos naturales, produce los efectos de euforia que buscan las personas que abusan de las drogas y les enseña a repetir este comportamiento.

¿Cómo nos enseña a seguir usando drogas esta estimulación del circuito de gratificación del cerebro?
Nuestros cerebros están diseñados para asegurar que repitamos las actividades que sostienen la vida al asociar estas actividades con el placer o una recompensa o gratificación. Cada vez que este circuito de gratificación se activa, el cerebro nota que algo importante está pasando que debe recordar y nos enseña que debemos repetirlo una y otra vez, sin pensarlo. Debido a que las drogas de abuso estimulan el mismo circuito, aprendemos a abusar de las drogas de la misma manera.
All drugs of abuse target the brain's pleasure center diagram
Chasque para agrandar
¿Por qué son más adictivas las drogas que las recompensas naturales?
Cuando se consumen ciertas drogas de abuso, pueden liberar de dos a diez veces la cantidad de dopamina que la liberada por las recompensas naturales. En algunos casos, esto ocurre casi inmediatamente (como cuando se fuman o se inyectan las drogas) y los efectos pueden durar mucho más que aquellos producidos por recompensas naturales. El efecto resultante sobre el circuito de gratificación del cerebro es mucho mayor que el producido por comportamientos naturales de gratificación como el comer y el sexo. El efecto de una recompensa tan poderosa motiva fuertemente a las personas a consumir drogas repetidamente. Es por eso que los científicos a veces dicen que el abuso de las drogas es algo que aprendemos a hacer muy, muy bien.
El abuso de drogas a largo plazo perjudica el funcionamiento del cerebro.

¿Qué le pasa al cerebro si se continúa consumiendo drogas?
De igual manera que bajamos el volumen cuando el radio está muy alto, el cerebro se ajusta a las oleadas abrumadoras de dopamina (y de otros neurotransmisores) produciendo menos dopamina o disminuyendo el número de receptores que pueden recibir y transmitir señales. Como resultado, el impacto de la dopamina sobre el circuito de gratificación del cerebro de una persona que abusa de drogas se puede volver muy limitado y puede disminuir su habilidad para sentir cualquier placer. Es por eso que el abusador eventualmente se siente triste, sin vida y deprimido y no puede disfrutar de las cosas que anteriormente le producían placer. Ahora necesita consumir drogas solamente para lograr que la función de la dopamina regrese a lo normal. Es más, necesita tomar cantidades más grandes de la droga de lo que antes consumía para crear la euforia de la dopamina, efecto que se conoce como tolerancia.

Decreased Brain Function in Methamphetamine Ambuser image
Chasque para agrandar
¿Cómo afecta a los circuitos del cerebro el consumo de drogas a largo plazo?
Sabemos que los mismos tipos de mecanismos que están implicados en el desarrollo de la tolerancia pueden eventualmente causar cambios profundos en las neuronas y en los circuitos del cerebro, con la posibilidad de comprometer severamente la salud del cerebro a largo plazo. Por ejemplo, el glutamato es otro neurotransmisor que influye sobre el circuito de gratificación y la habilidad para aprender. Cuando se altera la concentración óptima del glutamato mediante el abuso de drogas, el cerebro intenta compensar este cambio, lo que puede deteriorar la función cognitiva. De manera similar, el abuso de drogas a largo plazo puede disparar adaptaciones en los sistemas del hábito o de la memoria no conciente. El condicionamiento es un ejemplo de este tipo de aprendizaje, mediante el cual las señales ambientales terminan siendo asociadas con la experiencia de la droga y pueden disparar deseos incontrolables en el usuario cuando posteriormente sea expuesto a estas señales ambientales, aun cuando la droga en sí no esté disponible. Este “reflejo” aprendido es sumamente fuerte y puede resurgir aun muchos años después de haber dejado de usar la droga.

¿Qué otros cambios ocurren en el cerebro con el abuso?
La exposición crónica a las drogas de abuso interrumpe la manera en que las estructuras esenciales del cerebro interactúan para controlar el comportamiento, en particular, el comportamiento específicamente relacionado al abuso de drogas. De igual manera que el abuso continuado puede llevar a la tolerancia o a la necesidad de dosis más altas de la droga para producir efecto, también puede llevar a la adicción, que hace que el abusador busque y consuma drogas compulsivamente. La drogadicción corroe el autocontrol y la capacidad del usuario de tomar decisiones sanas, mientras envía impulsos intensos para que consuma drogas.

lunes, 5 de diciembre de 2011

TIPOS DE DROGAS MAS FRECUENTES EN LOS ADOLESCENTES

Alcohol:

El alcohol, la droga más antigua y de mayor consumo en el mundo, es un depresivo que altera las percepciones, las emociones y los sentidos.

Cómo se consume:
El alcohol es un líquido que se bebe.

Efectos y riesgos:
El alcohol actúa primero como estimulante y luego hace que la persona se sienta relajada y somnolienta.
Las dosis altas de alcohol afectan gravemente al juicio y la coordinación de las personas. Los bebedores pueden hablar de forma más lenta y sufrir confusión, depresión, pérdida de la memoria a corto plazo y tiempos de reacción lenta.
Los grandes volúmenes de alcohol bebido en un breve periodo de tiempo pueden ocasionar una intoxicación etílica.

Adicción:
Los jóvenes que consumen alcohol se pueden volver psicológicamente dependientes de la bebida para sentirse bien, enfrentarse a la vida o controlar el estrés. Además, su cuerpo podría exigir cada vez más cantidad de alcohol para lograr el mismo tipo de experiencia de euforia que al principio. Algunos jóvenes también corren el riesgo de desarrollar adicción física al alcohol. La abstinencia puede ser dolorosa e incluso suponer un riesgo para la vida. Los síntomas van desde temblores, sudoración, náuseas, ansiedad y depresión hasta alucinaciones, fiebre y convulsiones.

Anfetaminas:

Las anfetaminas son estimulantes que aceleran las funciones del cerebro y del cuerpo. Su presentación es en píldoras o tabletas. Las pastillas para dietas de venta bajo receta también están incluidas en esta categoría.

Nombres comunes:

speed, anfetas, pastillas, meta.

Cómo se consumen:
Las anfetaminas se ingieren, inhalan o inyectan.

Efectos y riesgos:
Tanto si se ingieren como si se inhalan, estas drogas tienen un efecto rápido, haciéndoles sentir más poderosos, alertas y energéticos.
Estas drogas aumentan la frecuencia cardiaca, la respiración y la presión arterial y también pueden provocar sudoración, temblores, dolores de cabeza, insomnio y visión borrosa.
El uso prolongado puede causar alucinaciones y paranoia intensa.

Adicción:
Las anfetaminas crean una adicción psicológica. Los consumidores que dejan de usarlas informan que experimentan diversos problemas de estados de ánimo como agresión y ansiedad y ansias por tomar las drogas.

Cocaína y crack:


La cocaína es un polvo cristalino blanco fabricado a partir de hojas secas de la planta de coca. El crack, que recibe su nombre por el ruido que produce al calentarse, se hace a partir de la cocaína. Luce como bolitas blancas o color habano.

Nombres comunes:
Coca, nieve, polvo, blanca

Cómo se consume:
La cocaína se inhala por la nariz o se inyecta. El crack se fuma.

Efectos y riesgos:
La cocaína remece el sistema nervioso central, proporcionando a los que la consumen una sensación intensa y rápida de poder y energía. El efecto estimulante tras inhalarla dura entre 15 y 30 minutos; al fumarla, el efecto dura entre 5 y 10 minutos.
La cocaína eleva también la frecuencia cardiaca, aumenta la respiración, la presión arterial y la temperatura corporal.
Inyectarte cocaína puede hacer que te contagies de hepatitis o SIDA si compartes agujas con otros adictos. Inhalarla también puede hacer que se forme un orificio en el revestimiento interno de la nariz.
Los que consumen cocaína y crack por primera vez - aún los adolescentes - pueden sufrir ataques cardiacos fatales o experimentar insuficiencia respiratoria. El uso de cualquiera de estas drogas, incluso una vez, puede matarte.

Adicción:
Estas drogas son altamente adictivas y como resultado, la droga y no quien la usa, es quien manda. Incluso después de consumirla, la cocaína y el crack pueden crear ansias físicas y psicológicas que hacen muy difícil que se puedan dejar de consumir.

Depresores:

Los depresores, como los tranquilizantes y los barbitúricos, calman los nervios y relajan los músculos. Están disponibles legalmente con receta (como el Valium y el Xanax) y vienen en cápsulas o comprimidos con colores brillantes.

Nombres comunes:

depresores, pastillas para dormir

Cómo se consumen:
Los depresores se ingieren.

Efectos y riesgos:
Cuando se utilizan del modo que ha indicado el médico y se toman en la dosis correcta, los depresores pueden ayudar a una persona a sentirse calma y a reducir sus sentimientos de ira.
Las dosis más elevadas pueden causar confusión, dificultad para hablar, falta de coordinación y temblores.
Las dosis muy grandes pueden causar insuficiencia respiratoria y causar la muerte.
Los depresores no deberían mezclarse nunca con alcohol -esta combinación aumenta en gran medida el riesgo de sobredosis y muerte.

Adicción:
 Los depresores pueden causar tanto dependencia física como psicológica.

Éxtasis (MDMA):

Esta es una de las más recientes drogas de moda creadas ilegalmente por químicos clandestinos. Tiene el aspecto de polvo blanco, pastillas o cápsulas. El éxtasis es una droga popular entre adolescentes en las discotecas porque es fácil de obtener en fiestas "rave", discotecas y conciertos.


Nombres comunes:
 XTC, X, Adam, E

Cómo se consume:
El éxtasis se ingiere y a veces se inhala.

Efectos y riesgos:
Esta droga combina un alucinógeno con un efecto estimulante, haciendo que todas las emociones, tanto negativas como positivas, sean mucho más intensas.
Los que lo consumen notan una especie de hormigueo en la piel y una mayor frecuencia cardiaca.
También puede causar sequedad en la boca, calambres, visión borrosa, escalofríos, sudoración y náuseas.
Muchos consumidores dicen también que sufren depresión, paranoia, ansiedad y confusión.

Adicción:
Aunque se desconoce la adicción física del éxtasis, los jóvenes que la consumen se pueden volver psicológicamente dependientes de esta droga para sentirse bien, enfrentarse a la vida o al estrés.

GHB

GHB, por las siglas del gamahidroxibutirato, a menudo se fabrica en laboratorios en sótanos caseros, usualmente como un líquido inodoro e incoloro. Su popularidad en clubes de baile y "raves" ha aumentado y para algunos adolescentes y adultos jóvenes es una alternativa popular del éxtasis. El número de personas que llegan a las salas de urgencias debido a los efectos secundarios del GHB está aumentando rápidamente en los Estados Unidos. Y según la U.S. Drug Enforcement Agency - DEA (Administración para el Control de Drogas de los EE.UU.) desde 1995 el GHB ha matado a más consumidores de drogas que el éxtasis.

Nombres comunes:

 éxtasis líquido, G, "Georgia Home Boy".

Cómo se consume:
El GHB se bebe cuando está en forma líquida o en polvo (mezclado con agua), y se ingiere cuando está en tabletas.

Efectos y riesgos:
El GHB es una droga depresiva que puede causar efectos eufóricos (estimulación) y alucinógenos.
La droga tiene varios efectos secundarios peligrosos, incluso náusea intensa, problemas respiratorios, disminución de la frecuencia cardiaca, y convulsiones.
El GHB se ha usado para las violaciones que ocurren durante una cita, porque es incoloro e inodoro y se puede verter fácilmente en las bebidas.
En dosis altas, los consumidores pueden perder la conciencia en pocos minutos.
La sobredosis de GHB requiere atención de emergencia inmediata en un hospital. La sobredosis de GHB puede causar coma y paro respiratorio en el plazo de una hora, y causar la muerte.
El GHB (incluso en dosis bajas) mezclada con alcohol es muy peligroso - te puede matar aun si lo usas sólo una vez.

Adicción:
Cuando a los consumidores se les pasa el efecto del GHB pueden presentar síntomas de abstinencia como el insomnio y la ansiedad. Los adolescentes también pueden volverse dependientes de la droga para sentirse bien, enfrentar la vida, o manejar el estrés.

Heroína:

La heroína se produce a partir de la leche seca de la adormidera, que también se usa para crear la clase de medicamentos contra el dolor llamados narcóticos - como la codeína y la morfina. La heroína puede variar desde polvo blanco o marrón oscuro hasta una sustancia pegajosa y parecida al alquitrán.

Nombres comunes:

 Caballo, jaco, chino.

Cómo se consume:
La heroína se inyecta, se fuma o se inhala (si es pura).

Efectos y riesgos:
La heroína te da una sensación inmediata de euforia, especialmente si se inyecta. Este viaje a veces va seguido de somnolencia, náuseas, calambres estomacales y vómitos.
Los usuarios sienten la necesidad de consumir más heroína tan pronto como sea posible para sentirse bien nuevamente.
A largo plazo, la heroína destroza el cuerpo. Está asociada con el estreñimiento crónico, piel seca y problemas respiratorios.
Los que se inyectan heroína sufren a menudo colapso de las venas y corren el riesgo de contraer infecciones letales como el VIH, hepatitis B ó C y la endocarditis bacteriana (inflamación del revestimiento del corazón) si comparten agujas con otros adictos.

Adicción:
 La heroína es extremadamente adictiva y es fácil sufrir una sobredosis (que puede provocar la muerte). La abstinencia es intensa y los síntomas incluyen insomnio, vómitos y dolor muscular.

Inhalantes:


Los inhalantes son unas sustancias que son "esnifadas" o inhaladas para proporcionar a quien las consume un bienestar o estímulo inmediato. Entre estos se incluyen los pegamentos, los disolventes de pintura, los líquidos para limpieza en seco, los rotuladores o marcadores, los líquidos correctores, los fijadores en aerosol para el cabello, los desodorantes en aerosol y la pintura en aerosol.

Cómo se consume:
Los inhalantes se inhalan directamente desde su envase original ("esnifándolos"), de una bolsa de plástico o poniéndose una tela empapada con inhalante en la boca.

Efectos y riesgos:
Te hacen sentir mareado y confundido, como si estuvieras borracho. Los que los consumen desde hace mucho tiempo sufren dolores de cabeza, hemorragias nasales y podrían perder la audición y el sentido del olfato.
Los inhalantes son las sustancias con mayor probabilidad de producir una reacción tóxica grave y la muerte. El uso de inhalantes, incluso una sola vez, podría matarte.

Adicción:
Los inhalantes pueden ser muy adictivos. Los adolescentes que usan inhalantes se pueden volver psicológicamente dependiente de ellos para sentirse bien, enfrentarse a la vida y al estrés.

Ketamina:


El clorhidrato de ketamina es un anestésico de acción rápida de uso legal en humanos (como sedante para cirugía menor) y animales. En dosis altas causa intoxicación y alucinaciones similares a las que causa el LSD.

 Nombres comunes:
 K, K especial, Vitamina K, ácido estupendo, Valium del gato

Cómo se consume:
En general, la ketamina se presenta en forma de polvo que se inhala. A menudo los usuarios lo inhalan junto con otras drogas como el éxtasis (esto se conoce como "kitty flipping") o la cocaína o lo rocían sobre canutos de marihuana.

Efectos y riesgos:
Los usuarios pueden delirar, alucinar, o perder el sentido del tiempo y la realidad. El viaje - también llamado hoyo K - que resulta del uso de la ketamina dura hasta 2 horas.
Los usuarios pueden tener náuseas o vomitar, delirar, y tener dificultades para pensar o problemas de memoria.
A dosis más altas, la ketamina causa movimientos anormales, adormecimiento del cuerpo y respiración lenta.
la sobredosis de ketamina puede impedir que respires - y matarte.

Adicción:
 Los adolescentes que toman Ketamina pueden volverse psicológicamente dependientes del la misma para sentirse bien, enfrentarse a la vida o al estrés.

LSD:

La dietilamida de ácido lisérgico o LSD (por sus iniciales en inglés) es un alucinógeno preparado en el laboratorio y un compuesto químico que altera el estado de ánimo. El LSD es inodoro, incoloro e insípido.

Nombres comunes:
ácido, tripis.

Cómo se consume:
El LSD se lame o chupa de pequeños cuadrados de papel secante. Las cápsulas y su forma líquida se ingieren. Los cuadrados de papel que contienen ácido pueden estar decorados con personajes bonitos de dibujos animados o diseños coloridos.

Efectos y riesgos:
Las alucinaciones se producen entre los 30 y 90 minutos de usar el ácido. Los que lo toman afirman que se les agudizan y distorsionan los sentidos -ven colores o escuchan sonidos combinados con otras imágenes delirantes como paredes que se deshacen y la pérdida de la noción del tiempo. Pero los efectos son impredecibles, dependiendo de cuánto LSD se toma y quién lo consume.
Una vez que te lo tomas (experimentas "un viaje"), no puedes interrumpirlo hasta que la droga haya sido eliminada de tu cuerpo -¡en aproximadamente 12 horas o más!
Los viajes malos pueden causar ataques de pánico, confusión, depresión y alucinaciones aterradoras.
Los riesgos físicos incluyen insomnio, habla dificultosa, aumento de la frecuencia cardiaca y coma.
Los usuarios a menudo experimentan escenas retrospectivas ("flashbacks") en las que sienten algunos de los efectos del LSD posteriormente, sin que hayan usado la droga nuevamente.

Adicción:
 Los adolescentes que toman LSD pueden volverse psicológicamente dependientes del él para sentirse bien, enfrentarse a la vida o al estrés.

Marihuana:

La droga ilegal de mayor consumo en los Estados Unidos es la marihuana que se parece al perejil seco, verde, marrón o gris con tallo o semillas. Una forma más fuerte de marihuana es el hachís que luce como unas bolitas o tortitas marrones o negras. A menudo se dice que la marihuana es la droga que sirve de puerta de entrada a otras drogas porque su consumo frecuente a menudo lleva a consumir drogas más fuertes.

Nombres comunes: maría, hierba, canuto, caño, porro, pito.

Cómo se consume:
La marihuana suele fumarse en un cigarrillo (también llamado porro), puro, pipa o pipa de agua. Algunas personas la mezclan con la comida o la preparan como si fuera té.

Efectos y riesgos:
La marihuana puede afectar el estado de ánimo y la coordinación. Los que la consumen pueden experimentar cambios de humor que oscilan entre estar muy excitado o feliz a estar adormilado o deprimido.
Eleva la frecuencia cardiaca y la presión arterial. A algunas personas se les enrojecen los ojos o tienen mucho sueño o tienen mucha hambre. La droga también puede causar paranoia o alucinaciones en algunas personas.
La marihuana tiene un efecto tan fuerte en los pulmones como los cigarrillos: los fumadores habituales tienen tos, respiración sibilante y resfriados frecuentes.

Adicción:
Los jóvenes que consumen marihuana se pueden volver psicológicamente dependientes de ella para sentirse bien, enfrentarse a la vida o al estrés. Además, su cuerpo puede exigirles cada vez más marihuana para lograr el mismo tipo de experiencia estimulante que tuvieron al principio.

Metanfetamina:

La metanfetamina es un estimulante poderoso.

Nombres comunes:
 meta, anfetas, cristal, tiza, fuego, vidrio, hielo

Cómo se consume:
se puede ingerir, inhalar, inyectar, o fumar.

Efectos y riesgos:
La metanfetamina produce euforia en los usuarios, particularmente si se fuma o inyecta. Pero se puede desarrollar tolerancia rápidamente - y se tendrá que usar más meta durante periodos de tiempo más prolongados, resultando en falta de sueño, paranoia, y alucinaciones.
Los usuarios a veces tienen ideas delirantes intensas como creer que hay insectos caminando debajo de su piel.
El uso prolongado puede resultar en comportamiento violento y agresivo, psicosis y daño cerebral.

Adicción:
la metanfetamina es altamente adictiva.

Nicotina:

La nicotina es un estimulante muy adictivo que se encuentra en el tabaco. Este fármaco se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo cuando se fuma.

Cómo se consume:
Típicamente la nicotina se fuma en cigarrillos o puros. Algunas personas se ponen una pizca de tabaco (el llamado tabaco de mascar o sin humo) en la boca y absorben la nicotina a través del revestimiento de la boca.

Efectos y riesgos:
Los efectos físicos incluyen latido cardiaco rápido, aumento de la presión arterial, falta de aliento y mayores probabilidades de sufrir resfriados y gripe.
Los consumidores de nicotina tienen mayor riesgo de enfermedad pulmonar y cardiaca. Los fumadores también tienen mal aliento y dientes amarillos. Los consumidores de tabaco de mascar podrían desarrollar cáncer de boca y de cuello.
Los síntomas de abstinencia pueden incluir ansiedad, malhumor, inquietud e insomnio.

Adicción:
La nicotina es tan adictiva como la heroína o la cocaína, lo que la hace extremadamente difícil de dejar. Aquellas personas que empiezan a fumar antes de los 21 años son las que tienen más dificultades para dejar el hábito.

Rohipnol:
El rohipnol es una droga de bajo costo cuya popularidad está aumentando. Puesto que a menudo viene en paquetes presellados con burbujas de PVC, muchos jóvenes creen que esta droga es segura.

Nombres comunes:

primum, roche, la pastilla del olvido, droga usada para violaciones que se producen durante una cita

Cómo se consume:
Se ingiere, a veces con alcohol o con otras drogas.

Efectos y riesgos:
El Rohipnol es un fármaco ansiolítico de venta con receta que es diez veces más potente que el Valium.
Puede hacer que la presión arterial caiga y puede causar pérdida de la memoria, somnolencia, mareos y malestar estomacal.
Aunque forma parte de la familia de los antidepresivos, hace que algunas personas estén sobreexcitadas o se comporten de manera muy agresiva.
El Rohipnol ha recibido mucha atención recientemente debido a su asociación con las violaciones que se producen durante una cita. Muchas chicas y mujeres jóvenes han sido violadas después de que alguien les puso rohipnol en sus bebidas.

Adicción:
 Los que consumen esta droga se pueden volver físicamente adictos al rohipnol, de modo que puede causar síntomas extremos de abstinencia cuando se deja de tomar.

ROMPE CON TODAS

DEFINICIÓN DE DROGAS

Son aquellas sustancias cuyo consumo puede producir dependencia, estimulación o depresión del sistema nervioso central, o que dan como resultado un trastorno en la función del juicio, del comportamiento o del ánimo de la persona.
Es toda sustancia capaz de alterar el organismo y su acción psíquica la ejerce sobre la conducta, la percepción y la conciencia. La dependencia de la droga es el consumo excesivo, persistente y periódico de toda sustancia tóxica.
El término drogas visto desde un punto de vista estrictamente científico es principio activo, materia prima. En ese sentido droga puede compararse formalmente dentro de la farmacología y dentro de la medicina con un fármaco, es decir que droga y fármaco pueden utilizarse como sinónimos.
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